El escenario para el Nacimiento del Niño Jesús está listo
Tal como nos lo propuso San Francisco de Asís, hace unos 800 años, hemos cumplido familiarmente con preparar un escenario adecuado para el Nacimiento de Jesús Niño. Se entiende que es una forma manifestación externa, sencilla y regionalizada; socialmente adecuada para prepararnos interiormente a lo fundamental: la encarnación del Hijo del Altísimo, quien nos trae una propuesta nueva de vida. Algunos pensarán que no tiene importancia hacerlo o no hacerlo, que lo importante es el corazón. Nosotros pensamos que es cierto, las obras sin fe no tienen tanto valor; sin embargo sí tienen gran importancia este tipo de "obras", son un esfuerzo por ir contracorriente en este mundo tan materializado y egoísta. Nos ayuda a encauzar el pensamiento y a compartir tantas cosas... Es como prepararnos, trabajando y pensando en lo que ha de venir, en el regalo celestial -adviento-.
Nuestro Nacimiento es de corte típico, tradicional, tratando de rememorar y conservar los aspectos fundamentales de los Nacimientos antiguos de Guatemala (con cielo, con valles y montañas regionales, con pastorcitos y figuras "ad hoc", con paisajes, entre otros), que se mantiene alejado de los hoy famosos nacimientos modernos (con mensajes sociales positivos, pero desarraigados de la época de Jesús). De esa cuenta hemos tratado de mantener los elementos mencionados, cada uno con amplio significado para nosotros. He aquí algunas de las vistas principales:
En la siguiente imagen, destacamos otro aspecto del escenario:
Las figuras de animales, los pastores en diferentes tareas del campo y escenas de caminos, valles, barrancos, etc., son representadas con la mayor naturalidad posible. Tal vez para recordarnos que Jesús nació en la pobreza y que vino a hacer su propuesta a los más sencillos. El rememorar estos cuadros quiere ser una invitación a volver a la sencillez, a lo natural, a lo cotidiano, en una celebración que hemos desviado del objetivo, que se ha ido por el consumismo y que ha perdido su norte. La simpleza de cada una de las figuras y la sencillez de la elaboración nos recuerda que ahí está Jesús, en esos detalles y que la vida misma está hecha de esas cosas sencillas que el ser humano está olvidando. En esos detalles plasmados en el Nacimiento del Niño Dios está el llamado a una vida más sencilla, más humana, más llena de amor y paz.
Ese es nuestro principal mensaje y deseo al concluir esta obra: que la Navidad reine en los corazones humanos con su carga de amor y confianza en el ser humano, y que en el Nuevo año seamos mejores en todo sentido, pero especialmente en buscar el entendimiento y la paz entre los seres humanos, imagen y semejanza del Creador.
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